
La ola (Die Welle), película del director alemán Dennis Gansel, lleva a reflexionar sobre el comportamiento humano y su psicología, a recorrer escenarios peligrosos que no sólo reflejan un imborrable pasado y sus graves consecuencias como lo ocurrido con la experiencia alemana durante la dictadura de Hitler, al mostrar una historia basada en el experimento social La Tercera Ola que realizó el profesor Ron Jones en 1967 en la escuela Cubberley de Palo Alto, California, dos décadas después del fascismo. Se convierte en un claro manifiesto de que el hombre no aprende de sus errores pasados y los termina repitiendo aunque en diferente escala, pero no de cualquiera.
El profesor Rainer Wenger ansiaba dictar la materia Anarquía pero esta es designada a uno de sus colegas y, en su lugar, le toca encargarse del curso Autocracia. Desde el comienzo el maestro buscaba que los alumnos sintieran algún tipo de apasionamiento por la clase, sin jamás imaginarse que este proyecto terminaría por salirse de todo control.
Tan sólo una semana es suficiente para que 'La ola', movimiento que es creado por el grupo de estudiantes y Wenger durante las clases, aumente vertiginosamente su tamaño con el paso de los días, hasta convertirlos en todo un ejército fascista: discriminan a todos aquellos que no pertenecen al grupo, adoptando un saludo propio que evoca al utilizado por el Führer, y un uniforme obligatorio para todos sus miembros. Además, excluyen a quienes desobedecen y se niegan a usarlo. Posteriormente, caen en el vandalismo, comenzando a graffitear toda la ciudad en su afán de expandir el movimiento y difundir su logo. Al mismo tiempo, empiezan a recurrir a la violencia para atacar a los anarquistas.
Lo impresionante de la historia es que este apasionamiento por ‘la ola’ empieza a convertir a estos jóvenes en extremos fanáticos, que luego de haberse dejado lavar el cerebro son capaces de cualquier cosa que su tan admirado líder (el profesor Wenger) les pidiera, incluso llegar a matar.
Uno de los muchachos es el que más se ve afectado por ‘La ola’; se niega a que esto fuera sólo un experimento de clase y lleva la historia hasta las últimas consecuencias, empuñando un arma con la mente totalmente descontrolada, cuando lo que estaba buscando era un sentido de pertenencia porque vivía una soledad abismal.
Impactante historia, desenlace, actuaciones, y sobretodo que fue un hecho real, algo que podría repetirse en cualquier lugar, en cualquier momento, porque tan sólo basta con que aparezca algún líder que sepa cómo aprovecharse de los demás para lavarles el cerebro, en sociedades donde se prestan las características para que surja un o unos nuevos totalitarismos: iniquidades sociales, descontento generalizado que, en el caso de La ola, también se muestra una necesidad de pertenencia de los jóvenes: el deseo de sentirse iguales, a pesar de sus creencias divergentes. Sin embargo, de manera contradictoria, buscaban verse como un grupo homogéneo, diferenciándose del resto.

En definitiva, la historia demuestra cómo el hombre no parece aprender, se repiten sistemas; Tesis y Antítesis de Hegel parecen reflejar el acontecer de los hechos. Lo preocupante sería que se conformara en un futuro no tan lejano una especie de Síntesis, en la que se fusionara el decadente capitalismo con un Estado socialista totalitario mundial, donde hubiera una extrema vigilancia, el control y dominio sobre los ciudadanos, aparentes igualdades socio económicas, pero en definitiva, una pérdida absoluta de libertad… Tan sólo espero que esto solamente sea una hipótesis descabellada y que una Ola de este calibre sea y quepa exclusivamente en la ficción, en alguna pesadilla de la que se pueda despertar y nada más.
Y una muestra de cómo le han lavado el cerebro a jóvenes en EE.UU., impactante declaración
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