sábado, 17 de abril de 2010

La demencia Lynch

Odiado y criticado por muchos, amado por otros. Sobre las películas independientes de este director de cine estadounidense siempre se genera cierta polémica, ya que Lynch crea realidades basadas prácticamente en lo onírico, bastante complejas de descifrar y que hasta guardan similitudes con el teatro del absurdo. Esa característica de tratar sus argumentos tan surrealmente hace que de alguna manera el espectador se convierta en una especie de co creador suyo, al tratar de acomodar y proponerle algún tipo de significado y sentido personal a guiones en los que reina la incoherencia como lógica, ya que por sí solos necesitarían algún tipo de traducción. Por eso pienso que sería una buena petición, para todos aquellos, que al igual que con el arte contemporáneo, se quedan con su versión del asunto pero sin optar con la del autor, a no ser que posterior o previamente se haga una investigación exhaustiva sobre cada caso.

Para tener un rato de demencia pura, o como dirían otros, ‘genialidad’, la salida más fácil sería buscando alguna cinta de Lynch. Luego se acomoda el escenario donde nuestras mentes rayaran algunas horas con su extraño mundo. Recomendaciones: se puede optar por ingerir grandes cantidades de café, para mantenerse en una vigilia de la coherencia propia, propicia incomprensión del film per se, o ver la película con bastante cansancio o con un poco de alcohol, para así entonarse con el lenguaje ‘lynchiano’, claro que de este modo la historia podría parecerse más a una pesadilla. Prefiero la vigilia antes que soñar como Lynch.

Dentro de su recorrido fílmico se destacan: Eraserhead, El hombre elefante, Dune, Terciopelo azul, Corazón Salvaje, La carretera perdida, Mulholland Drive, Inland Empire, entre otras.